Adecuando los contratos eléctricos a las necesidades actuales y futuras una vez acometidos los planes de mejora de eficiencia energética y de crecimiento. Las tarifas energéticas y su mercado de futuros de negociación, pueden tener un impacto significativo en los gastos generales de la instalación. Las empresas pueden optimizar el coste de su energía si poseen los conocimientos y experiencia necesarios para negociar acuerdos de suministro ventajosos.
Se pueden obtener importantes beneficios con estrategias que contemplen los distintos periodos tarifarios. Reducir al mínimo el riesgo y elevar al máximo el valor a través de contratos de electricidad seguros y estables es una de las primeras prioridades para los gestores energéticos. Dependiendo de las tarifas ofrecidas por los suministradores y de las cargas del cliente, los usuarios pueden reducir el coste energético de varias formas. Las puntas de consumo pueden reducirse si se detectan con anticipación y se cambian de periodo otras cargas no esenciales. Con el deslastre de cargas se puede utilizar la generación propia para alimentar cargas evitando consumir puntas de potencia de suministro.
Las tarifas horarias son otra vía de de ahorro energético invirtiendo en sistemas que permitan distribuir los consumos hacia periodos del día donde el precio de la energía es más barato o mediante la autoproducción utilizando los sistemas de respaldo y fiabilidad energético disponibles.
Evitar los recargos por energía reactiva es otra opción para optimizar la factura eléctrica. Las cargas inductivas, como los transformadores y los motores utilizan una parte de energía reactiva. Este tipo de cargas absorbe energía durante una parte del ciclo y la almacena en el núcleo magnético o campo eléctrico. La energía se devuelve posteriormente a la red durante el resto del ciclo. Si la tarifa eléctrica del cliente incluye recargos por energía reactiva, la corrección del factor de potencia es la solución para eliminar este cargo de la factura.