Como complemento a la medida anterior, es muy conveniente mantener operando sólo los equipos necesarios para lograr un consumo energético programado y acorde con las necesidades.
Como ejemplo se puede citar el caso de los servidores que alojan programas de capacitación y desarrollo que no tienen uso constante. Si estos equipos se apagan cuando no se usan, generarán un ahorro importante de energía sin afectar negativamente la capacitación y el desarrollo del personal.